Page 86 - Calidad del aire 2014
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La movilidad entre las fases gaseosa, líquida y sólida de los contaminantes emitidos al aire es consecuencia de diversos procesos fisicoquímicos en la atmósfera. Esta movilidad es la principal res- ponsable de la remoción de los contaminantes del aire a través del depósito atmosférico. El depósito atmosférico o deposición atmosférica (ambos términos se utilizan de manera indistinta en este documento) se refiere a la cantidad de una sustan- cia depositada sobre un área de terreno en un intervalo de tiempo específico. Ambos, gases y partículas, se depositan en las superficies por al- guno de los mecanismos generales: depósito húmedo o depósito seco. La deposición húmeda ocurre cuando la lluvia, el rocío o la nieve arrastran las moléculas de los gases y partículas; la deposi- ción seca se produce de la combinación de la di- fusión molecular, impactación y sedimentación gravitacional. En el caso de la deposición seca, el proceso más rápido es la sedimentación gravita- cional de las partículas con un tamaño en el inter- valo de 10 a 100 μm.
La deposición húmeda es el modo de deposi- ción más común en aquellas regiones con precipi- taciones importantes, como es el caso de la Ciu- dad de México. Debido a que las tasas de deposi- ción húmeda y seca para la mayoría de los gases y partículas son lentas, no se ha identificado un daño inmediato en la salud humana que pueda relacionarse directamente con el depósito atmos- férico. Sin embargo, la deposición atmosférica puede ser un importante problema ambiental por sus efectos en la vegetación y por la alteración de la acidez natural del agua de lluvia que puede afectar directamente a los cultivos y las áreas boscosas, además de impactar los cuerpos de agua.
El agua de lluvia es de naturaleza ácida con un pH de 5.6 por el equilibrio entre el agua y el dióxi- do de carbono atmosférico. La lluvia ácida se pre- senta cuando la acidez del agua de lluvia supera el valor natural. El pH es un indicador de la acidez de una solución acuosa, la cual es atribuida a la con- centración de iones hidrónio (H+) disueltos. Estos
iones son liberados en el agua por la presencia de sustancias ácidas, como el ácido sulfúrico (H2SO4) o el ácido nítrico (HNO3). En química el pH se de- fine como el logaritmo negativo de la concen- tración de iones hidrónio, es decir, entre más ácida sea una solución mayor será la concentración de iones H+ y menor será el valor de pH. Cuando el pH del agua de lluvia es menor que el pH natural de 5.6, se le considera como lluvia ácida.
El monitoreo del depósito atmosférico con- siste en la recolección de muestras semanales de depósito húmedo durante la temporada de lluvia, la recolección inicia a partir del 15 de mayo y con- cluye el 15 de octubre de cada año. En cada mues- tra se determina el volumen del depósito, la acidez, la conductividad y la composición de iones inorgánicos disueltos. Este programa inició en 1994 con los esfuerzos de la Biól. Lilia García Galván y el Ing. Alejandro Campos Díaz, con el apoyo de la Facultad de Química de la UNAM para el análisis de las muestras. Actualmente la Direc- ción de Monitoreo Atmosférico cuenta con un programa permanente para el monitoreo del de- pósito atmosférico a través de la Red de Depósito Atmosférico la cual tiene 16 sitios para el muestreo, mientras que el análisis químico se rea- liza con la colaboración de la Sección de Contami- nación Ambiental del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
Los resultados históricos del monitoreo de la precipitación han puesto en evidencia la presen- cia de lluvia ácida en la región que comprende el suelo de conservación del Distrito Federal, que es la zona en donde se encuentran las especies más susceptibles al daño. Los efectos que el depósito atmosférico y la lluvia ácida provocan en los bosques y los cuerpos de agua que aún sobrevi- ven en la cuenca, ha sido un problema largamente ignorado. Aun cuando la experiencia interna- cional ha demostrado que existe un impacto en los ecosistemas terrestres y acuáticos relacionado con la lluvia ácida, en la Cuenca de México poco se ha estudiado sobre su impacto en bosques, terrenos de cultivo, arroyos y cuerpos de agua.
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El depósito atmosférico y la lluvia ácida
Depósito atmosférico